domingo, 2 de mayo de 2010

APRENDER ES CONOCER

APRENDER ES CONOCER
José Velasco Toro

Los avances en el campo de la neurociencias, la biología, la psicología cognitiva, la física cuántica, la epistemología, la inteligencia artificial y la lingüística, están permitiendo, cada vez con mayor claridad, un mejor conocimiento y mayor comprensión de la función que tiene la emoción en los procesos cognitivos del aprendizaje.

El conocimiento de la emoción ya está presente en la nueva visión de lo que debe ser la educación del futuro: una educación centrada en la vida que promueva el aprendizaje con gozo, con “candor” como bien señala Ernesto Sabato, con esos “candores que a menudo se encuentran en los genios creadores y casi nunca en las personas que sólo alcanzan a ser inteligentes”.

La biopedagogía propone que el aprendizaje en la niñez y en la juventud debe ser integral. Debe ser un proceso que favorezca el equilibrio entre la autonomía del individuo y el trabajo en colaboración. Por ello es necesario que el aprendizaje sea placentero para despertar y favorecer el desarrollo intelectual y espiritual del sujeto aprendiente, desplegando su capacidad de diálogo consigo mismo y con los demás en la pluralidad del contexto social en el que vive. El aprendizaje debe ser vida para que promueva la solidaridad y el respeto a sí mismo y hacia los demás. En pocas palabras, el aprendizaje debe ser libre para que el conocimiento fluya y se ponga en movimiento creando nuevos significados.

Humberto Maturana y Francisco Varela, entre otros científicos, han demostrado que lo anterior es posible porque el aprendizaje es un fenómeno biológico y social. ¿Qué significa esto? Significa que el aprendizaje en el ser humano es un proceso continuo de interacción entre las emociones y la actividad cognitiva, actividad que logra mayor atención cuando el aprendizaje atiende a la corriente subterránea de las emociones. La mente y las emociones no están separadas. Es decir, la razón no es autónoma de la emoción como se pregonó desde mediados del siglo XIX, por el contrario, el sentir, el actuar y el pensar están en acción recursiva y vinculan indisolublemente pensamiento y aprendizaje.

El ser humano aprende desde que nace y hasta que muere. Por ello es que el proceso de conocimiento es actuación, y en la sociedad actual bautizada como sociedad del conocimiento, la actuación de aprender es cada vez más dinámica y sucede con mayor frecuencia fuera de las instituciones educativas: se aprende en la red de internet, en la calle, a través de los medios de comunicación masiva, en los centros laborales, es decir, en todos aquellos espacios que son vitales para los individuos. Y este es un comportamiento real que avanza más rápido que los ritmos institucionales de la escuela, y es así porque en el dominio de relaciones del individuo se da un proceso cognoscitivo que lo convierte en observador. Esta paradoja es posible porque conocer es la función activa de los seres humanos que son clasificadores, analizadores y procesadores de la información, lo que les permite averiguar, indagar y elaborar en interacción con el entorno social, la naturaleza y las propiedades o relaciones de las cosas.

Sin embargo ¿qué sucede en el actual sistema educativo? Un sistema que nació en el siglo XIX cuyo paradigma se funda en la razón y el universo abstracto, principios que fueron funcionales y acordes con la dinámica social existente hace algunas décadas, pero que hoy resultan limitantes frente a las nuevas necesidades sociales y de conocimiento. La actual educación es lenta y prolongada en sus tiempos, cuando la rapidez de las nuevas tecnologías y de los conocimientos que se suceden a diario exige habilidades de aprendizaje continuo y solución de problemas a partir de la información generada. En este sentido, la actual educación antes que liberar la mente a la creatividad la esclaviza saturándola de información que debe repetir sin saber cómo aplicar. Antes que favorecer la colaboración (en redes), la autoorganización y el autoaprendizaje, favorece el individualismo y la competencia. Antes que fomentar el respeto a sí mismo y a los otros, crea la falsa imagen de aquí y ahora, o eres perdedor o eres ganador.

El problema es creer que el mal está en los estudiantes (de cualquier nivel educativo) y que se solucionará aplicando exámenes psicométricos para regular el ingreso a la escuela. No. La sola propuesta resulta contraria al derecho que tiene todo individuo a la educación, a una educación de calidad. La solución al problema de la calidad educativa no es limitar el ingreso a la escuela de aquellos que tienen cierto perfil psicométrico. La solución radica en transformar la totalidad del sistema educativo y en reeducar a los profesores para que la nueva educación fomente la creatividad y la libertad mental del individuo.

El problema está en la educación basada en la pedagogía del dolor, más que en una pedagogía del placer. Aprender debe ser gozo, y de ninguna manera sufrimiento como ocurre diariamente a cada uno de los estudiantes de todo el país. Por ello es urgente recuperar el sentido profundo de la palabra educación (que proviene del latín educare que significa "guiar", y educere, "extraer"), para que la nueva educación fomente la exploración del pensamiento alternativo, las respuestas múltiples y la autoconciencia creativa que son fundamento del autoaprendizaje de por vida. Ésta sería una educación de calidad y de ninguna manera aquella que insiste en planteamientos únicos y en respuestas “correctas”.

Concluyo parafraseando a Albert Camus quien desde hace décadas insistió en que la grandeza de la educación radica en el servicio a la verdad y en el servicio a la libertad. En el servicio de la verdad porque se busca que el mayor número de individuos no se acomode a la mentira y conozca que el aprendizaje es vida y es de por vida. En el servicio a la libertad porque el ejerció de la educación busca, también, que el mayor número de individuos no se acomode a la servidumbre del acondicionamiento repetitivo y se apropie de los conocimientos para ponerlos en movimiento y cree nuevos significados. Este es el tipo de educación que requiere la sociedad del conocimiento y no ya la educación de la repetición.


Xalapa, Ver 8 de febrero 2007. Punto y Parte